Carrera académica
Desde 1859 hasta 1864 se ocupó en repetidas ocasiones, por ausencia o enfermedad de su titular, de la cátedra de Derecho canónico de la Universidad de Sevilla. Además, el 23 de septiembre de 1861, el Rector le autorizó para la enseñanza privada de Latín y Castellano, Geografía e Historia, Retórica y Poética y Matemáticas elementales.
El 13 de mayo de 1860 solicitó ser nombrado catedrático supernumerario de la Facultad de Derecho con carácter interino. El 3 de junio su petición fue desestimada por no estar legalmente contemplada esta figura.
El 15 de marzo de 1862 solicitó ser admitido para concurrir a los ejercicios para la provisión de cátedras de Disciplina general de la Iglesia y particular de España y de Elementos de Derecho mercantil y penal, vacantes en las universidades de Salamanca, Barcelona, Salamanca y Santiago. Finalmente, realizó las pruebas correspondientes a las plazas de Derecho mercantil, siendo colocado el primero en la terna propuesta para el tercer lugar. En uno de los ejercicios presentó un trabajo manuscrito en diecinueve páginas titulado Especulación de Bolsa, disposiciones legales acerca de las operaciones a plazo, juicio crítico de las mismas”.
Más tarde, fue uno de los catorce candidatos participantes entre el 18 de noviembre de 1862 y el 19 de enero de 1863 en los ejercicios de oposición verificados para la cobertura de varias cátedras de Derecho romano vacantes en las Universidades de Barcelona, Sevilla y Salamanca. Mereció ser aprobado por tribunal, del cual obtuvo un voto para ocupar el segundo lugar de las ternas elevadas a la superioridad y tres votos para el tercero de los nueve de que se componía la lista de dicho tribunal. En uno de los ejercicios, aportó una lección escrita en latín titulada: Ad si institutus beneficio aetatis contra aditionem hereditates restitutus sit, convalescat substitutio
El 23 de febrero de 1863 solicitó una plaza de auxiliar en la Facultad de Derecho de Sevilla o en cualquier otra del reino, alegando como mérito haber concurrido en dos ocasiones a oposiciones a cátedras. Por una orden de 26 marzo de 1863 fue nombrado auxiliar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. Después de obtener la prórroga de doce días que había pedido, apelando a la mala salud de su mujer y sus hijos, tomó posesión el 8 de mayo de 1863 con un sueldo de 6000 reales anuales. Permaneció en el puesto, explicando la cátedra de Elementos de derecho político y administrativo hasta el 23 de noviembre de ese año. No obstante, el 4 de mayo, nada más incorporarse, obtuvo una licencia para desplazarse a Madrid con el fin de tomar parte en la oposición para una plaza de Derecho civil común y foral vacante en la Universidad de Barcelona
El 10 de noviembre de 1863, atendiendo a una solicitud suya de traslado de 30 de junio de ese año, fue nombrado auxiliar de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, para ocuparse interinamente de la asignatura Instituciones de la Hacienda Pública hasta el 2 de enero de 1864. Previamente, el 2 de septiembre, se le había concedido una licencia de dos meses para trasladarse a la ciudad hispalense para atender asuntos familiares.
El 6 de julio de 1864, aceptando su solicitud de 18 de mayo, respaldada por el informe favorable del Rector de Sevilla, fue nombrado catedrático supernumerario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, con adscripción a las asignaturas de Derecho canónico, Disciplina eclesiástica y Derecho romano. Tomó posesión el 14 de julio, habiéndosele expedido el título el anterior 6 de julio.
En 1864 asumió, además, la docencia de la cátedra de Instituciones de Hacienda Pública, haciéndose merecedor de una comunicación por parte del Rector, en la que le expresaba su gratitud por su buen desempeño. Circunstancia que se repitió en el curso siguiente, por su atención a la cátedra de segundo año de Derecho romano y en los dos inmediatos por haber asumido la enseñanza de Economía política y de Estadística, sin remuneración alguna, y a pesar de no pertenecer esta asignatura a la sección a la que estaba adscrito. En todos estos escritos se ponían de manifiesto su celo y asiduidad y su competencia docente y científica, así como su ejemplar dedicación, que incluso, en alguna ocasión, le había provocado una larga y grave enfermedad que había puesto en peligro su propia vida. En octubre de 1866 se le encomendó, también, la asignatura Elementos de derecho mercantil y penal y en el curso siguiente la Ampliación de esta misma disciplina.
El 1 de octubre de 1867 fue nombrado catedrático numerario de Derecho canónico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago, tomando posesión el 30 de octubre con un sueldo de 1200 escudos. Ante su marcha, el Rector de la Universidad de Sevilla le envió un oficio redactado en términos extraordinariamente elogiosos.
No obstante, atendiendo a su petición, fundada en problemas de salud, que el clima de Santiago podría agravar, y en el grave trastorno y el dispendio que le ocasionaban tener que trasladarse con su numerosa familia, una Real Orden de 20 de noviembre de 1867 dispuso que pasase a ocuparse en comisión de servicios en la Universidad de Sevilla de las asignaturas de Oratoria y Práctica forense, aunque conservando la propiedad de su citada cátedra de Derecho canónico en Santiago. Tomó posesión el 9 de diciembre. El 2 de noviembre de 1868 se dio por terminada dicha comisión.
Incorporado, de nuevo, en Santiago el 1 de diciembre de 1868, desde el 4 de febrero de 1869 se le encargó de la enseñanza de la asignatura Legislación comparada, que simultáneo con la de Derecho canónico. En 1871 pasó, también, a desempeñar temporalmente, por enfermedad de su titular, la asignatura Historia de la Iglesia, concilios y colecciones canónicas.
El 13 de noviembre de 1871 solicitó, sin éxito, su traslado a la cátedra de Disciplina general de la Iglesia y particular de España vacante en la Facultad de Derecho, sección de Derecho civil y canónico, de la Universidad de Sevilla por fallecimiento del numerario Francisco Arboleya. Como razones, apeló a que su mujer y sus cinco hijos residían en la ciudad sevillana, así como su anciana madre, necesitada de cuidados por enfermedad.
En 1872 permaneció varios meses en Madrid a la espera de la celebración de los ejercicios para la provisión por oposición de una cátedra de Legislación comparada en la Universidad Central, a la que había sido admitido y que fue objeto de sucesivos aplazamientos. El 13 de agosto de este mismo año solicitó su trasladó a la catedra vacante de Historia y elementos de derecho romano de la Universidad Central. El 20 de mayo de 1873 pidió ocupar la cátedra de esta misma asignatura en la propia Universidad de Santiago. A pesar de los informes favorables realizados por el decano y el rector en apoyo de su pretensión, no consta que esta fuese satisfecha.
Mediante una Real Orden de 25 de setiembre de 1875 fue nombrado catedrático de Teoría y Práctica de los Procedimientos Judiciales y Práctica Forense de la Universidad de Sevilla, accediendo a la plaza mediante concurso de traslado y manteniendo las mismas condiciones y sueldo que en su destino anterior. Su toma de posesión se produjo el 28 de octubre.
Hay que señalar que, estando al cargo de la citada cátedra, en el curso de 1882-83 se ocupó de la cátedra de Ampliación del derecho civil y en el curso 1883-1884 de la de Hacienda pública
El 10 de noviembre de 1876 fue ascendido al número 210 del escalafón de catedráticos con un aumento de sueldo de 500 pesetas anuales.
Atendiendo a su solicitud, apoyada por muy elogiosos informes del Rector y del Decano de la Facultad de Derecho, el 7 de julio de 1879 le fue concedida una categoría de ascenso, con un aumento de sueldo de 1000 pesetas, que se añadía a las 3500 que entonces percibía. El 1 de enero de 1882, ocupando el número 157 del escalafón, pasó a disfrutar de un sueldo de 5000 pesetas anuales. El 17 de mayo de 1883 aumentó a 6000 pesetas. El 17 de diciembre de 1890, fue ascendido al número 90 del escalafón con un sueldo de 6500 pesetas.
Reorganizados los estudios de la Facultad de Derecho en cumplimiento de lo prescrito en un Real Decreto de 14 de agosto de 1884, el 29 de septiembre de este año se le confirmo en el cargo de catedrático, pero encomendándosele la cátedra de Derecho procesal civil, penal, canónico y administrativo y Teoría y práctica de redacción de instrumentos públicos.
En diciembre de 1888 se trasladó a Madrid para integrarse como miembro del tribunal de oposiciones a las cátedras de Derecho procesal vacantes en las universidades de Barcelona, Oviedo, Santiago y Valencia.
Llama, sin embargo, la atención que el 20 de febrero de 1891 presentó su solicitud para participar en el concurso de traslado convocado para la provisión de una cátedra de Historia y disciplina de la Iglesia en la Universidad Central; pero, a pesar de los informes muy favorables emitidos por el Rector y el Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, no consiguió acceder a la plaza.
Por supresión de la cátedra de Derecho procesal de la Universidad de Sevilla, mediante una Real Orden de 26 de julio de 1892 se dispuso su nombramiento para la cátedra alterna de Procedimientos judiciales y práctica forense y Redacción de instrumentos públicos, creada en la misma facultad, con igual sueldo al que entonces disfrutaba.
El 21 de marzo de 1895 presentó una instancia ante el Consejo General de Instrucción Pública, solicitando ser admitido al concurso para la provisión de cuatro categorías honoríficas de término vacantes en la Facultad de Derecho. Tanto el Decano como el Rector informaron muy positivamente sobre los méritos que justificaban que se atendiese esta petición.
Falleció el 11 de febrero de 1896 estando aún en activo.
Acerca de su reconocida buena labor docente, además de diversos muy elogiosos informes de sus superiores académicos, tenemos también noticia de que en el curso 1867-1868 los alumnos matriculados en la asignatura de Economía política y Estadística que impartía, y de acuerdo con el Decano de la Facultad de Derecho, le entregaron dos obras que hicieron traer del extranjero, con una extensa dedicatoria indicativa de su alta consideración y respeto. No obstante, según el testimonio de Francisco de las Barras, que fue alumno suyo en 1889, era persona que tenía muchos enemigos, especialmente entre los estudiantes, a pesar de que, aunque suspendía a algunos, su número no era excesivo. Indicaba, además, que todos los años al acercarse la festividad de San José se abría una colecta entre los estudiantes para hacerle un regalo, pero que esta práctica no debe considerar un abuso, ya que ese día recibía a todos en su casa, obsequiándoles muy generosamente, por un valor muy superior al del regalo recibido.
López Romero ocupó distintos cargos de responsabilidad en la Universidad de Sevilla. Así, el 7 de junio de 1865 fue nombrado, a propuesta del Decano, Secretario de la Facultad de Derecho, tomando posesión ese mismo día. Puesto que desempeño hasta que en octubre de 1867 obtuvo una plaza de catedrático en la Universidad de Santiago, mereciendo grandes elogios de sus superiores por su celo, laboriosidad e inteligencia en el servicio de este cargo. Años más tarde, el 16 de noviembre de 1877 fue nombrado, esta vez, Vice-secretario de la Facultad de Derecho. Poco antes, el 9 de febrero de 1877 le había sido encomendado el puesto de bibliotecario de la propia Facultad.