¿Disponemos hoy día de una tecnología como la que muestra Autómata?
La película retrata una visión clásica de la robótica humanoide con un punto muy futurista en el que los robots adquieren un grado de inteligencia que supera a la humana.
Estamos muy lejos de que suceda en la realidad. Estamos a años luz. Lo más inmediato es tener un dispositivo robótico ayudándonos en tareas cotidianas, en empresas, en fábricas y en otros muchos sectores.
¿Podría ocurrir en un futuro?
Yo creo que tarde o temprano, a lo mejor no con las mismas consignas que aparecen en la película, la evolución robótica sucederá. En base a las reglas de comportamiento programadas, al conocimiento de su entorno y a su interacción con el resto de la humanidad, el robot podría llegar a evolucionar por sí mismo. En cualquier caso, el futuro a este respecto es muy incierto.
¿Deberíamos temer a este futuro incierto?
Yo creo que no. Esto depende de cómo programemos a estos robots, qué reglas infiramos en ellos para que a partir de ahí evolucionen. Evidentemente, siempre habrá un punto en el que la inteligencia propia del robot, en esa evolución, escape a nuestro conocimiento. Ahí sí que tendremos esa incertidumbre; pero entiendo que implementando unas bases sólidas éticas y morales no debemos temer.
¿Son los robots capaces de sentir emociones como en la película?
Nosotros, de hecho, trabajamos en el grupo de investigación Robotics Lab con la implementación de emociones en un robot social, como es Maggie. Gracias a esta implementación y a la capacidad sensorial y de procesamiento del robot, se puede conseguir que aparentemente el robot sienta y muestre su emoción a través de sus actos y de su voz.
¿Qué otras líneas de investigación sobre robótica siguen en la UC3M?
En concreto en mi departamento, y más en específico, en mi grupo de investigación Robotics Lab, tenemos varios frentes abiertos. Yo concretamente me dedico a la robótica humanoide. Tenemos un robot humanoide llamado Teo que tiene habilidades de locomoción y de manipulación. Son habilidades que hay que desarrollar e implementar en el robot. A eso nos dedicamos fundamentalmente. Tenemos otro subgrupo que se dedica a robótica social con Maggie, y otro que se encarga de robots asistenciales, para apoyar a personas con discapacidad. Además, hay otras muchas aplicaciones en las que dividimos la investigación.
¿Cuáles piensa que son los retos de la robótica del mañana?
Van por desarrollar un prototipo que realmente podamos integrar en el entorno, yo creo que es fundamental. Muchas veces dedicamos los esfuerzos a diseñar un prototipo que deja de ser funcional porque no podemos integrarlo en nuestro entorno.
¿Desea añadir algo más?
Tengo mucho que agradecerle a esta universidad en concreto, porque en ella he tenido la suerte de poder desarrollar mis conocimientos en robótica con grandes profesionales como los que trabajan en mi grupo de investigación. Gracias a esa apuesta por este tipo de proyectos y de ramas de la ciencia he podido disfrutar de muchas otras cosas que me han llegado a partir de ellos.