El estudio, publicado en la revista PLOS ONE, cuestiona que, como dijo Jimmy Carter, “Venezuela tenga el mejor sistema electoral del mundo”, afirma Hidalgo. “Nuestro análisis objeta la fiabilidad del registro electoral, pues existe una atípica correlación positiva entre variaciones en el censo electoral y la intención de voto” lo que supone una razón para “dudar de la validez de los resultados de algunos centros que fueron decisivos en el referéndum del 2004 y las elecciones presidenciales de 2012”, explica Manuel Hidalgo.
Las irregularidades electorales discutidas no solo “afectaron al porcentaje de votos obtenidos por el ganador de 2004, algo que incidió en el comportamiento político del elector”, sino que también pudieron ser “decisivas en otros procesos electorales”, enfatiza el investigador de la UC3M. “No somos capaces de demostrar que la oposición hubiera ganado en 2004 y 2012 en unas elecciones limpias, sin irregularidades”, reconoce Manuel Hidalgo. Sin embargo, no duda en asegurar “con un alto nivel de confianza” que “la diferencia hubiera sido mucho menor de la oficial en el caso de unas elecciones libres y equitativas”.
Invitación a reflexionar
El estudio también es una invitación a reflexionar sobre el papel de la observación internacional a partir de 2007 en Venezuela, ya que “algunos observadores internacionales no llevan a cabo un trabajo exhaustivo, simplemente, no sesgado y pareciera que se han convertido en un mecanismo de legitimación del orden establecido”, critica Manuel Hidalgo. Según él, con esta investigación se manifiesta la necesidad de una auditoría completa del censo electoral venezolano, de un respeto a las reglas del juego durante todo el ciclo electoral y de la realización de controles integrales tras las elecciones.
Tras poner a prueba este método, Manuel Hidalgo no cierra la puerta a aplicar estas herramientas forenses a otras elecciones como las celebradas en Rusia, Zimbabue o Uganda comparándolas con países en los que los resultados electorales no son cuestionados como España, Francia o Austria.