En el estudio, publicado en la revista Powder Metallurgy, se han evaluado varios aceros presentes actualmente en el mercado. En concreto, se han analizado un acero Fe-C, un acero prealeado con molibdeno (grado Astaloy Mo, Höganäs AB), y el conocido Distaloy AE (Höganäs AB), que es hierro aleado por difusión con cobre, níquel y molibdeno. Los resultados han ayudado a entender la conexión entre microestructura y propiedades, que en estos materiales supone un reto tecnológico, al entrar en juego no solo las fases sino también la porosidad residual que compone su microestructura. José Manuel Torralba, catedrático del departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UC3M y director adjunto del instituto IMDEA Materiales, destaca el papel fundamental de la porosidad en estos aceros: “La investigación ha revelado, entre otras cosas, que los poros más angulosos e irregulares son los primeros puntos de ‘nucleación’, es decir, los que inician la rotura”.
Este trabajo ha permitido cumplir “el sueño” de cualquier científico dedicado a la Ciencia e Ingeniería de Materiales, pues hace visibles los cambios en la microestructura del material al tiempo que se está ensayando, comenta José Manuel Torralba. Además, la metodología utilizada “es aplicable a cualquier tipo de aleación” y no solo para comprobar su comportamiento bajo tensión, sino “también su comportamiento a alta temperatura”. La investigación se ha llevado a cabo parcialmente en las instalaciones de la UC3M y se ha completado en IMDEA Materiales, un instituto de investigación financiado por la Comunidad de Madrid y la Unión Europea.