Quintus Horatius Flaccus
Quinto Horacio Flaco nació en el año 64 a.C. en Venusia. En sus primero años trabajando en el campo estuvo en contacto con la poesía campesina. Su padre, esclavo liberado cuando Horacio ya había nacido, no escatimó gastos en su educación.
La escuela de Gramática de Orbillo en Roma fue su primer destino con el objetivo de formarse. Allí conoció la obra de autores como Livio Andrónico y de poetas griegos (de ahí que sus primeros versos fueran en griego).
Posteriormente y gracias a las ayudas de su padre, se instaló en Atenas para estudiar en la famosa Academia, fundada en el año 387 a.C. por Platón y que fue el lugar donde el filósofo griego instruyó a sus seguidores).
Tras el asesinato de Julio César, Horacio se alió al partido republicano, apoyando al bando de Marco Bruto, quien le nombró tribuno militar. La guerra civil finalizó con la derrota del ejército republicano a manos de Marco Antonio y Octavio en Filipos (42 a.C.). Gracias a una amnistía general pudo volver a Roma, donde se enteró de que su padre había fallecido y todos sus bienes habían sido confiscados. Horacio se vio inmerso en la más suma pobreza. Más tarde, consiguió un trabajo como cuestor.
Con el tiempo, el ya reconocido Virgilio conoció los poemas de Horacio y le presentó a Cayo Mecenas, promotor de la cultura. Poco a poco fue consiguiendo adentrarse en el círculo literario de la época. El emperador, César Augusto, le ofreció su protección y un cargo como secretario personal, pero Horacio rechazó la propuesta debido a sus creencias epicúreas (adquiridas en su estancia en Grecia). Mecenas se convirtió en amigo de Horacio y le regaló una finca en Tiber, donde el poeta se trasladó para seguir redactando.
Murió en Roma el 28 de noviembre del año 8 a.C. y fue enterrado junto a su gran amigo Cayo Mecenas.